Sobre la farsa del Campo de Concentración localizado en Jadraque

Una vez más, los chiringuitos de la memoria histórica, subvencionada con el impuesto de los españoles trabajadores, trata de imponernos una nueva “trola”, en este caso, referente a la localización de un “presunto” gigantesco campo de concentración en la localidad guadalajareña de Jadraque, algo que, transcurridos ya más de 83 años de nuestra contienda civil sin noticia de ello, ya no se puede creer nadie.
¿O es que no resulta sospechoso que durante 83 años no haya aparecido ninguno de esos más de 5.000 prisioneros de guerra que dicen que hubo allí para decirle a los españoles que él estuvo como prisionero maltratado en un campo de concentración, y que ese campo de concentración estaba en el término municipal de Jadraque?
Parece que los manipuladores de la historia han esperado a que ya no haya testigos, para contarnos lo que no fue, para que así nadie pueda rebatirles; así funcionan los apesebrados de la Memoria Histórica, prestos a poner el cazo de las subvenciones y la fotografía de los medios más radicales.
Durante varias semanas, los medios de la extrema izquierda más izquierda manipuladora de España, le han dado al tambor del campo de concentración en Jadraque, pero es todo tan burdo y falaz, que ni siquiera El País ni La Sexta les han acompañado en esa senda de una mentira tan fácilmente desvirtuable.
Han sido unos arqueólogos del CSIC, muy famosos por su carácter agitador y activistas de izquierdas, los que han liderado el proyecto de localización del campo de concentración, movidos eso sí, por un afán lucrativo, el pedazo de subvención que les ha otorgado la Secretaría de Estado de Memoria Histórica a tal efecto, ese ente tan polémico como despilfarrador de recursos públicos. Por su parte, los dos investigadores y aficionados a la historia locales que dicen los medios ultraizquierdistas que localizaron los restos son otros dos extremistas de izquierda.
Estos mismos arqueólogos zurdos estuvieron hace bien poco en los alrededores del Valle de los Caídos, haciendo unas prospecciones arqueológicas que han desembocado en el descubrimiento asombroso de una zapatilla vieja y una botella de vidrio. Mira que en España tenemos ruinas milenarias aún sin excavar, pero la extrema izquierda prefiere el buscar en ruinas ideologizadas e inventarse su origen y finalidad.
Parece que esos arqueólogos, algunos venidos de fuera con gastos pagados, se han basado en el libro de “Los campos de concentración de Franco” del historiador Carlos Hernández de Miguel, que fue jefe de prensa del PSOE en la peor época de Zapatero y que dejó un reguero de sectarismo del que el Periodismo aún tiene memoria histórica. Dice este Historiador que hubo un millón de prisioneros republicanos tras la Guerra Civil. Ese dato es de una falsedad absoluta. Aquí se inventa todo y no pasa nada.
Lo que realmente se ha constatado (que no descubierto) en el término municipal de Jadraque es la existencia de un recinto militar que tuvo un uso militar durante la guerra civil española, y que tras su finalización pudo haber sido usado en parte como centro temporal de prisioneros de guerra republicanos tras la rendición del Frente Popular, donde dichos prisioneros, que fueron traicionados por los cafres del Frente Popular, fueron alimentados y asistidos sanitariamente por el Ejército Nacional, como acredita el envío de médicos militares (como por ejemplo, Vicente Serrano Serrano), prisioneros republicanos mucho mejor tratados de lo que hacía el Frente Popular con los soldados nacionales hechos prisioneros, que si eran moros por ejemplo, eran fusilados al momento, cuando si no lo eran, resultaban ametrallados en las constantes retiradas y derrotas del Ejército rojo durante la guerra.
En ese recinto militar se alojaron miles de efectivos de varias Divisiones del Ejército Nacional (posiblemente la 73 y la 74) en las proximidades de un frente bélico tan complicado e inestable como el de Guadalajara, próximo a la capital de España.
Así lo afirma el propio periodista de extrema izquierda Peio H. Riaño en el Digital sorosiano ElDiario.es: “fue un recinto militar durante la guerra y, a partir de 1939, un campo de concentración efímero e improvisado, usado para concentrar a los soldados que se rendían en masa”.
“En el pueblo de Jadraque lo conocen, han jugado de niños en los barracones de piedra en los que vivieron los soldados del ejército de Franco”.
Son los típicos barracones que nos recuerdan en los que hemos dormido millones de españoles durante el servicio militar.
En cuanto al campo de concentración que dicen que es, realmente fue un centro de internamiento temporal de prisioneros de guerra republicanos pertenecientes al Ejército Popular de la República rendidos en masa, centro de internamiento que apenas estuvo en activo “algunas semanas”:
Por lo tanto, los ciudadanos y vecinos de la comarca deben saber que lo que dicen los arqueólogos que han descubierto, no era un campo de concentración al estilo nazi como quieren hacernos creer, sino un recinto militar donde miles de soldados del Ejército Nacional de las Divisiones 73 y 74 estuvieron alojados junto con una central de transmisiones.
No les quepa duda que los arqueólogos sólo volverán por la zona si les llenan el cazo de las subvenciones públicas, de las que viven muy bien, pero deben saber esas autoridades que ese dinero no se dedicará al esclarecimiento de la verdad de aquellos terribles sucesos, sino a financiar mentiras de las que viven muy bien los "jetas" de la Memoria Histórica.