Blindaje de la «Pirámide de los italianos» para su protección ante la Ley de Memoria

pirámide de los italianos

La Junta de Castilla y León incoa expediente para su declaración BIC

La puntilla para la llamada «Pirámide de los italianos», expoliada, vandalizada y casi en estado de ruina, era su inclusión en el catálogo de vestigios franquistas a eliminar, en aplicación de la Ley de Memoria Democrática. Para evitarlo, la Junta de Castilla y León anunció ayer que ha incoado el expediente para que este mausoleo de 1939, dedicado a 384 militares italianos que murieron en Santander durante la Guerra Civil, sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC), un paso administrativo que ya lo blinda ante la Ley de Memoria.

El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja (Vox), confirmó en Valladolid que esta incoación supone en la práctica una protección para el mausoleo igual a que ya estuviera declarado BIC, por lo que descartó que el Gobierno pueda anteponer el cumplimiento de la norma. Ante este procedimiento se abre un plazo de alegaciones al que puede concurrir el Ayuntamiento de Herbosa (Burgos) –el pueblo del Valle de Valdebezana en el que tiene su sede la Hermandad de la Ribera, propietaria de los terrenos–, aunque para su definitiva declaración como BIC también tendrá que haber informes favorables de al menos dos entidades consultivas.

El consejero aseguró que se trata de un «edificio con valores arquitectónicos e históricos» que «no colisiona» con la Ley de Memoria Democrática porque es «una de las excepciones que recoge». No obstante, dijo que la norma «no le gusta» pero que la Junta la cumplirá.

Santonja consideró «previsible» que, al estar acompañado el expediente de «mucha argumentación», avance en los próximos meses y finalmente llegue a su aprobación por parte del Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León.

Una de las lápidas que cubrían los 272 columbarios para los enterramientos que se encuentra entre el escombro de la cripta
 Una de las lápidas que cubrían los 272 columbarios para los enterramientos que se encuentra entre el escombro de la cripta ARVH

La «Pirámide de los italianos», apuntó, «no es un edificio más» sino que atesora todos esos valores especiales que lo convierten en «singular». «Es el único que hay en España de este tipo de arquitectura de entreguerras y, por eso y por todas estas razones, incoamos el proyecto de declaración de BIC», puntualizó, para añadir que «nadie puede pensar que en la Consejería no tomamos las decisiones muy motivada argumentadamente».

Aunque Santonja detalló que la petición para que la «Pirámide de los Italianos» sea declarada BIC partió «de un particular» a principios de año, a este diario le consta que, en febrero de 2022, la Asociación por la Reconciliación y Verdad Histórica (ARVH) dirigió un escrito a la Consejería de Cultura para justificar la protección del túmulo a los caídos italianos en la batalla por el Puerto del Escudo. La completa y documentada reclamación incluía dos informes periciales –a cargo de un historiador y un arquitecto– sobre «una pieza singularísima dentro del patrimonio arquitectónico castellano», cuyo «valor artístico es indiscutible ya que se trata de una obra única en España, que le otorga singularidad cultural y estética».

Una representación de la ARVH visitó la pirámide el pasado día 13 y se entrevistó con el presidente de la Hermandad de la Ribera, la sociedad de ganaderos que recuperó la propiedad del terreno en 1975, cuando Italia repatrió la mayoría de los restos de sus compatriotas y trasladó los demás al Sacrario Militare Italiano de la Iglesia de San Antonio de Padua, en Zaragoza.

Parte posterior de la pirámide, de donde han caído algunas placas de piedra caliza que la cubren
 Parte posterior de la pirámide, de donde han caído algunas placas de piedra caliza que la cubren ARVH

En esa visita, Javier Campal, presidente de la asociación, fue testigo de cómo aún hay restos –pequeños huesos y algún distintivo militar– en la cripta inferior –donde se enterró a doce oficiales del Corpo di Truppe Volontarie (CTV)–, cubierta «mínimo por medio metro de escombro, y en la que solo ahondamos cinco centímetros». «Nosotros hemos movido el tema», defiende, «cuando ha estado cuarenta años parado; no creo en las casualidades».

LA RAZÓN contactó asimismo con el santanderino David Santamaría, que en 2016 enterró una caja con huesos y dientes de los nichos tras haberse ofrecido a depositarlos en persona en el cementerio transalpino de Zaragoza, y David González, testigo de las exhumaciones un tanto apresuradas que –«en dos días y echando paladas de huesos y una calavera en cada caja»– se desarrollaron «en presencia de un cónsul italiano».

Estos días ha habido incluso una pregunta en el Senado de Italia por parte de Roberto Menia, vicepresidente de la Comisión de Exteriores y Defensa de Fratelli d’Italia, el partido de la presidenta Giorgia Meloni, e informaciones en medios que mostraban preocupación por el futuro de la pirámide. Un mausoleo abandonado a su suerte hasta hoy, y cuya estructura parece a salvo, pero que guardaba hasta hace poco, y aún todavía, algo más que hormigón y acero, ladrillo y yeso: los últimos vestigios de los 384 combatientes de Mussolini que se batieron y murieron en los alrededores en 1937.

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