Alfonso Junco y la Hispanidad: contra el panamericanismo – Antonio Nadal
ALFONSO JUNCO(1986-1974) fue un brillante escritor y activo Hispanista. Nacido en Monterrey(hoy ciudad de índice de criminalidad extrema)compartió paisanaje con Alfonso Reyes, brillantísimo literato, que por poseer dos almas, no ha sido suficientemente conocido en España.
Hay una premisa errónea, (no sustentada por hechos, que define la posición política de Alfonso Junco-que admiró a Franco-):La absoluta inclinación de Méjico a la República Española, a la Emigración republicana y ,sobre todo, la justificación “publica “de imprecisiones, no solo no resueltas,-y que da la razón a Junco-de los símbolos de la historia de la Republica: los niños(todos huérfanos)del Morelia, lo cual era incierto, y no menos, el no resuelto y dudoso asunto de Prieto y el Vita(del que aún esperamos y que reclamaremos una explicación del PSOE y el gobierno Psoe,erc,podemos,Eta) y la “vida “y relación de Prieto y Negrín en Mejico.Ciertamente los sindicatos y la izquierda revolucionaria,( la Confederación de Trabajadores de México y el Partido Comunista Mexicano)se alinearon, con pasión, hacia la Emigración republicana, no obstante, por propia tradición nacional, en el marco de ruptura interna que produjo la Guerra Civil española y contra la política del Presidente Cardenas.aparecieron grupos anticomunistas como Acción Revolucionaria de México y el Partido Revolucionario Anticomunista.
JUNCO fue Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, ingresó el 25 de octubre de 1950 y ocupó la silla XIV, fue miembro correspondiente de la Academia Colombiana de la Lengua.
Sus obras pueden encontrarse,on line,en La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Biblioteca Nacional de España:DATOS.BNE.ES o la Enciclopedia de la Literatura en Mejico.elem.mex.
El historiador Carlos Sola Ayape en su extensa obra, dedica la mayor parte de ella al sentido “franquista” de Junco, sirva de referencia: “El escritor Alfonso Junco o el perfil ideológico de un franquista mexicano”.
El Hispanismo es considerado, por este grupo de historiadores mejicanos ,como una excrecencia del Fascismo. Ciertamente El Hispanismo se entronca en el viejo tronco moderado español, desde el XVI a Donoso Cortes,Balmes,Aparisi Guijarro, Ramiro de Maeztu y, para parte de los Hispanistas Americanos, “Simbolizado “en José Antonio Primo de Rivera y “materializado “en el general Franco. No iba a existir “Hispanismo” en Pablo Iglesias, La Pasionaria, o la izquierda española que desde 1931,intensifican fórmulas de gobierno, como el Frente Popular compuesto por grupos, partidos y fuerzas enemigas de la idea de España y de España misma como territorio en en la actualidad partidarios de una República Plurinacional y alineados con la izquierda “indigenista”americana,en los que España(en la Republica Plurinacional y los nuevos regímenes americanos)es madrasta y degeneración fascista. La izquierda española aparece con los eslóganes “Nada que celebrar “y otros menos divulgables.
La simplicidad como acusación sobre “El Imperio” es reiterativa e imprecisa. El Imperio, para la Hispanidad, es la base misma e indeleble de la Hispanidad, porque ,de acuerdo a ella, existe Imperio, porque nunca fue la expresión histórica e ideológica “Hispanidad”, de un “régimen colonial “sino una unidad que desde el Consejo de Indias hasta 1820(con la representación en las Cortes Españolas del Partido americano) o 1898,las repúblicas “hijas y hermanas” tuvieron representación en la Madre Patria.
La permanente descalificación a los conceptos “políticos” :La Cruz y la Espada, suponen desde Gramsci a Maurras,la expresión de la Ideología(La Cruz) a la Fuerza o la Admiración(La Espada).
Lógicamente quienes odian a España no pueden ser “Hispanistas”, y la entiende como una degeneración fascista. Es como si el Hispanismo hubiese nacido con Onésimo Redondo. Pero no se puede hacer nada. Es una guerra y no admiten ni siquiera armisticios. Y-ya que han pasado tales irrelevancias-seguirán venciendo.
No es necesario señalar alguna obra de A. Junco, todas están impregnadas de una intensa religiosidad y a la altura de 1930, de hostilidad a la República española, al papel de la emigración española de izquierdas en Méjico y a intensos debates con los socialistas, especialmente Prieto.
Estimo, en su momento, fue representativa la bautizada «El difícil Paraíso» con palabras inspiradas de J. A. Primo de Rivera, en que insiste en el fortalecimiento de mentalidades hispanoamericanas sobre el Imperio y la Hispanidad.: El Católico Hispano Imperio fue la realidad cultural, política y religiosa más pujante durante varios siglos, y como otros mejicanos(y americanos)entendieron que el Imperio subsistía aún después de la libertad política de las naciones americanas, porque la soberanía estatal no podría destruir la comunidad de caracteres culturales, de intereses espirituales, de valores históricos que estaba en el fundamento del Imperio hispánico.
1.-«Pero no han faltado incomprensivos e insidiosos -afirma Junco- que den al vocablo un sentido de reconquista material o de algún género de sojuzgamiento lesivo a la autonomía de las naciones hispanoamericanas». Y no es probable que, al hablar así, tenga conocimiento pormenorizado de las inepcias que sobre este punto han visto la luz entre nosotros..
2.-«¿Quién puede seriamente pensar en una agresión bélica de España contra América? Se trata, obvio es, de un sentido espiritual, pacífico, fraterno, que reconstituya la opacada grandeza de nuestra estirpe. ¡Y qué falta nos hace recobrar la plenitud de nuestra propia fisonomía y exaltar los valores de nuestra esencia profunda!» (El difícil Paraíso, págs. 35 y ss.).
«Es ápice del sinuoso programa sojuzgador hacernos recelar de lo que constituiría puntualmente nuestra liberación y nuestra grandeza. Si España revive su pujanza y nosotros tenemos el sentido común, el sentido vital de estrechar nuestros vínculos culturales, económicos y políticos con ella; si trabajamos por realizar la gran Confederación Hispánica que nos defienda de la disgregación, de la absorción, de la deformación que a lo largo de un siglo hemos venido padeciendo bajo el influjo interesado y poderoso del Norte, habremos al fin corporizado, para grandeza y bien de todos, el alma de la Hispanidad».
Es lo mismo que soñaba y predecía, vidente sacudido de esperanza, otro gran americano:
«La alta virtud resucita
que a la hispana progenie hizo dueña de siglos…
Un continente y otro renovando las viejas prosapias,
en espíritu unidos, en espíritu y ansias y lengua,
ven llegar el momento en que habrán de cantar nuevos himnos…
¡Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda!»
Continua A.Junco.Pero la Hispanidad tiene frente a sí un enemigo poderoso que del autor mexicano combate con intensidad, contra lo que él llama «sarcasmo estrepitoso», «monumento de hipocresía», «aberración intolerable».
El PANAMERICANISMO SEGÚN ALFONSO JUNCO
«Falacia.– El panamericanismo es una falacia. Unirnos los países hispanoamericanos con los Estados Unidos para darnos recíproco amparo ante presuntas agresiones europeas es de un sarcasmo estrepitoso. ¡Es la unión fraternal de las ovejas con el lobo para el fomento de sus comunes intereses…! ¡Los EE. UU. encabezan el panamericanismo para defendernos! ¿Quién nos defenderá del defensor?
«Panamá como símbolo.– La última reunión panamericana celebrose en Panamá (1). La sede fue escogida con un tino insospechado. Panamá era una provincia de Colombia, y el 3 de noviembre de 1903 los Estados Unidos patrocinaron una revolucioncita, dizque de independencia que triunfó el mismo día; y, apenas pasados tres, reconocieron al nuevo gobierno. Todo naturalmente para abrir el Canal que ellos querían y les daba la llave de ambos océanos. Teodoro Roosevelt, que era expeditivo, hizo con Panamá, a costa de Colombia, lo mismo que antes se había hecho con Tejas a costa de Méjico, pero mucho más pronto. Perfección del sistema… Panamá: todo un símbolo. Sede estupenda para el panamá del panamericanismo. Sede estupenda para la alianza defensiva» de los raptores y de los raptados.
«Monumento de hipocresía.– El año pasado en la Conferencia de Lima, se suscribió una declaración cuyo primera considerando excede toda fantasía» (y aquí copia Alfonso Junto el célebre considerando en que se da por sentado, entre otras cosas, que todos los pueblos de América se encuentran animados de profundos sentimientos de paz, humanidad y tolerancia, y se adhieren de manera absoluta a los principios de igualdad en la soberanía de los Estados y de libertad individual, sin prejuicios religiosos o raciales, y que por esto puede declararse que todas las naciones americanas han alcanzado unidad espiritual. Después lo comenta en esta forma):
«¡De suerte que todos los pueblos hispánicos de América hemos alcanzado una perfecta unidad espiritual con los Estados Unidos!
«Profundos sentimientos de tolerancia: como los de Calles, apoyado por los Estados Unidos, en medio de su persecución sanguinolenta; como los de la actual imposibilidad de los padres de familia para educar a sus hijos según los mandatos de su conciencia y su derecho.
«Igualdad en la soberanía de los Estados: Dígalo Méjico reducido a la mitad de su territorio y hace poco vejado en Veracruz y en Chihuahua; dígalo precisamente Panamá; díganlo Cuba, Haití, Santo Domingo, Puerto Rico, Nicaragua…
«¿Cómo no se cae la pluma -y la cara- antes de suscribir tal documento? ¿Con qué lealtad y qué sinceridad puede proclamarse nuestra unidad espiritual con los Estados Unidos? Fráguanse todas estas aberraciones para que sirvan de sustentáculo a la aberración del panamericanismo».
Y termina volviendo a la Hispanidad :
«¿Cómo cerrar los ojos a nuestras conveniencias más profundas y patentes? No necesitamos frangollar nuestra unidad espiritual. La tenemos; la tenemos, maciza y espléndida. Es la Hispanidad. Voz de la historia, voz de la lengua, voz de la religión, voz de la estirpe, voz de la cultura.
«Hemos minado nuestro futuro potencial; hemos traicionado nuestro destino… Incúmbenos apretar y vivificar la hermandad con todos los pueblos americanos de nuestra estirpe, con la España que hoy renace, impetuosa y magnífica; unirnos, fortalecernos, intensificar nuestra vinculación cultural, económica y política. Integran en un bloque poderoso y en un organismo actuante la gran verdad de la Hispanidad…
«Entonces tendremos amistad auténtica con los Estados Unidos. Amistad de igual a igual, sin mermas serviles, ni desplantes grotescos. Amistad con respeto y estimación, con influjo recíproco de lo mejor cada quien. No tutelas monroístas ni infundios panamericanos. Amistad fincada en la verdad: única amistad honrada y honrosa» (Ob. cit., págs. 162 y ss.).
Alfonso Junco otro personaje a recuperar.
Bibliografía -Por la senda suave. Monterrey: Mireles y Estrada, 1917.
El alma estrella. México: Escuela Tipográfica Salesiana, 1920.
La señora Belén de Zárraga desfanatizando. México: Acción y Fe, 1923.
Posesión. México: Unión de Damas Católicas Mexicanas, 1923.
Iturbide. México: Acción y Fe, 1924. V
oltaire. México: Escuela Tipográfica Salesiana, 1925.
Florilegio eucarístico. México: Imprenta Asilo Patricio Sainz, 1926.
Fisonomías. Buenos Aires: Virtus, 1927.
La traición de Querétaro: ¿Maximiliano o López?. México: Imprenta Teresita, 1930.
Cristo. México: Escuela Tipográfica Salesiana, 1931.
Un radical problema guadalupano. México: Academia de Historia Santa María de Guadalupe, 1932.
Motivos mejicanos. Madrid: Espasa-Calpe, 1933.
Antonio Vieyra en México: la «Carta Atenagórica» de Sor Juana Inés de la Cruz. Lisboa: Arquivo Histórico de Portugal, 1933.
Cosas que arden. México: El Buen Libro, 1934.
Un siglo de Méjico. De Hidalgo a Carranza. México: Ediciones Botas, 1934.
Carranza y los orígenes de su rebelión. México: Ediciones Botas, 1935.
Lope ecuménico. Madrid: Cultura Española, 1935.
Gente de Méjico. México: Ediciones Botas, 1937.
La divina aventura. México: Ediciones Botas, 1938.
Lumbre de Méjico. México: Ediciones Botas, 1938.
La vida sencilla. México: Helios, 1939.
Savia. México: Polis, 1939.
El difícil paraíso. México: Helios, 1940.
Sangre de Hispania. Buenos Aires: Espasa Calpe, 1940.
La ola de fango. México: Casa Editorial Beatriz de Silva, 1941.
Defensa de la madre. México: Casa Editorial Beatriz de Silva, 1942.
Tres lugares comunes: el derecho divino de los reyes, el poder temporal de los Papas, y la Iglesia y el socialismo. México: Librería San Ignacio de Loyola, 1943.
Egregios. México: Jus, 1944.
El milagro de las rosas. México: Imprenta Gallarda, 1945.
España en carne viva. México: Editorial Botas, 1946.
El gran teatro del mundo. Madrid: Instituto de Estudios Político, 1947.
Inquisición sobre la Inquisición. México: Jus, 1949.
Un poeta en casa. México: Jus, 1950.
El amor de Sor Juana. México: Jus, 1951.
Los ojos viajeros. México: Jus, 1951.
¡Novedad en la Academia!. México: Jus, 1953.
Presencia y trascendencia de Hispanoamérica. Caracas: Secretaría General de la Décima Conferencia Interamericana, 1953.
Sotanas de Méjico. México: Jus, 1955.
Controversia con don Antonio Caso. México: Jus, 1955.
El libro de la invitación. Madrid: Stvdivm, 1958.
Méjico y los refugiados: las cortes de paja y el corte de caja. México: Jus, 1959.
Othón en el recuerdo. México: Jus, 1959.
El increíble fray Servando. México: Jus, 1959.
Antología. México: Ediciones Sierra Madre, 1960.
Juárez intervencionista. México: Jus, 1961.
Cuatro puntos cardinales: la madre, la propiedad, la estirpe y la bandera. México: Instituto Cultural Hispano Mexicano, 1963.
Todos los que están. México: Jus, 1967.
La jota de Méjico y otras danzas. México: Jus, 1967.
De los primeros dineros a los setenta febreros. México: Jus, 1970.
El celibato del sacerdote y la viril castidad. México: Sociedad E.V.C., 1970.
Insurgentes y liberales ante Iturbide. México: Jus, 1971.
Tiempo de alas. México: Jus, 1973.