Aniversario de la ‘Desbandá’. En descargo del Capitán Haya

Es evidente el intento de borrado de la Historia de un genio aeronáutico como Haya, al igual que el de Juan de la Cierva, en una contienda en la que todos los españoles se vieron forzados a elegir bando.

Los apasionamientos ideológicos son explicables en los debates sobre la Guerra Civil, pero nada justifica el mantener como hechos incontestables aquellos que provienen del uso torticero o errado de las fuentes históricas. Si además la persona que lo padece ya no puede defenderse, se hace más necesario aún reestablecer la verdad.

Hace unos meses desmonté los cargos contra el escritor Max Aub y el pintor Luis Quintanilla, leales a la República durante la contienda, por su supuesta implicación en una pretendida operación de guerra biológica contra la zona «nacional». Hoy me propongo hacer lo mismo con la vinculación que se intenta establecer entre el piloto Carlos de Haya, pionero de la aviación e inventor aeronáutico, y el trágico capítulo de la Guerra Civil que fue la «Desbandá».

La polémica resurge ahora, al cumplirse el aniversario del bombardeo naval y aéreo sobre la carretera de Málaga a Almería en febrero de 1937 mientras miles de refugiados huían por ella ante el avance de las tropas de Franco, bajo el fuego de sus cruceros «Canarias» y «Baleares» y otros barcos de guerra, así como de su aviación.

La ‘Desbandá’, un crimen contra la población civil

La ‘Desbandá’ fue a todas luces un crimen contra población civil, como tantos que desgraciadamente marcaron nuestra contienda fratricida en una y otra zona, si bien queda aún pendiente que los historiadores establezcan definitivamente su verdadera dimensión en cuanto a las víctimas y las cifras de población atrapadas en aquel infierno.

portada-el-sol-desbanda.jpg
Portada del diario «El Sol» con la noticia del bombardeo por la flota republicana de la costa entre Motril y Málaga el 24 de abril de 1937, en el que se hicieron mil disparos contra objetivos civiles por un acorazado, dos cruceros y cinco destructores.

Queda también por confirmar el coste en vidas humanas de otro capítulo olvidado que tuvo como escenario esa misma costa, como es la operación realizada el 24 de abril siguiente por la flota republicana, con el acorazado «Jaime I», los cruceros «Libertad» y «Méndez Núñez» y cinco destructores, para bombardear fábricas, puentes y otros objetivos a lo largo de las poblaciones y la carretera de la costa entre Motril y Málaga. «El fuego fue intensísimo y los resultados perfectos. El bombardeo duró desde las tres a las seis de la tarde, haciéndose un millar de disparos», según la nota divulgada días después por el Ministerio de Marina y Aire republicano («El Sol», 27 de abril de 1937).

Haya en Málaga

En cuanto a la implicación del capitán Haya en la «Desbandá», su hoja de vuelos hace tiempo que desalentó a quien pudiera pretender señalarle como uno de los pilotos actuantes. Haya llegó a Málaga desde Sevilla el día 8 de febrero de 1937, como pasajero a bordo de la avioneta Falcon pilotada por el capitán Vázquez, cuando la ciudad costera ya estaba en manos de los sublevados. Venía en busca de su mujer, Josefina Gálvez, prisionera de las fuerzas gubernamentales en Málaga desde el comienzo de la guerra.

Gracias por ver

Al no encontrarla, y después de enterarse que había muerto de hambre, durante el cautiverio de su madre, uno de los dos gemelos a los que ésta acababa de dar a luz, Haya regresó a Sevilla al día siguiente en la misma avioneta pilotada por Vázquez.

boda-capitan-haya.jpg
El capitán Haya y su mujer, Josefina Gálvez, el día de su boda

Ese mismo día 9 realizó desde Sevilla y Córdoba tres servicios de aprovisionamiento y bombardeo en el asediado Santuario de Santa María de la Cabeza, en Andújar (Jaén), una de las proezas por las que más es recordado, sobre todo por su peculiar idea de arrojar las provisiones atadas a patas de pavos vivos que suavizaban la caída de los víveres y servían asimismo como tales.

Una vez confirmada la imposibilidad de situarle en las operaciones aéreas contra los evacuados en la carretera de Málaga a Almería, se ha responsabilizado a Haya de la planificación de aquellos bombardeos. Así lo hacen los historiadores María Isabel Brenes y Andrés Fernández, que han sostenido estos días la imputación contra Haya en la prensa malagueña en pleno debate sobre la continuidad de su nombre en una calle de la ciudad.

Brenes y Fernández son autores del estudio más completo sobre la ‘Desbandá’, titulado «1937. Éxodo Málaga Almería. Nuevas fuentes de investigación«. Sin embargo, en esta obra, al menos en la que he consultado yo, no inculpan a Haya como «cerebro» del bombardeo de la carretera de Málaga a Almería, aunque ilustran sus páginas con varios fragmentos de un breve informe firmado por Haya el 9 de enero de 1937 en Salamanca con el título «Interrupción de vías de comunicación«.

Es este informe del aviador en el que se basan para afirmar estos días que «en ningún momento afirmamos que Carlos de Haya ordenara el bombardeo, pero sí lo diseña y lo remite al general del Aire». («La Opinión de Málaga», 2 de febrero de 2023).

Detalles del informe sobre los «bombardeos de precisión»

En este documento, Haya propone cinco bombardeos de precisión para cortar el ferrocarril y la carretera en Despeñaperros (Jaén) y en Guadix (Granada), y la carretera de Málaga a Almería al este de Motril (Granada). El hecho de que Haya centrara sus cortes en los «ejes de comunicación que convergen en el frente rojo de Andalucía» indica con claridad que su informe tenía como objetivo dañar las vías de aprovisionamiento de las fuerzas del Ejército Popular en primera línea.

interrupcion-4-desbanda.jpg
Croquis de los cortes de vías férreas y carreteras propuestos por Haya para obstaculizar el abastecimiento del ejército republicano, interpretados absurdamente hoy como un plan de bombardeos indiscriminados contra la población civil (AHEA. Ministerio de Defensa de España)

El informe contiene dos croquis: uno para los dos cortes de ferrocarril propuestos y otro para los tres cortes de carretera. Existen también dos planos esquemáticos del área de intervención en Despeñaperros y en Guadix, con sendos «cuadrados de bombardeo» de 200×250 m. en el primer caso y de 100×200 m. en el segundo. Como se ve, se trata de objetivos muy precisos, «quirúrgicos» puede decirse, con el fin de garantizar el éxito del ataque.

Aunque no existe el dibujo del «cuadrado de bombardeo» del corte de la carretera de Almería a Motril, es fácil suponer que se trataría de lograr la misma eficacia, dado que aconseja hacer la rotura «en cualquiera de los numerosos trozos que bordean el mar y que construidos en el acantilado, el bombardeo originaría desprendimientos que serían de muy difícil reparación». El objetivo, según señala Haya en su informe, era cortar el «único medio de comunicación y aprovisionamiento del frente de Málaga si el bloqueo naval de Málaga resulta efectivo». De la precisión que también proponía aquí Haya es prueba que considerara esta interrupción de la carretera «el Corte Aeronáutico más eficaz«.

interrupcion-9-desbanda.jpg
Dibujo de Haya para el corte de carreteras y ferrocarriles en Guadix. Demuestra la precisión y eficacia que buscaba el aviador (AHEA. Ministerio de Defensa de España)

En ningún momento habla el informe de Haya de castigar a la población civil evacuada de Málaga en su paso por esa carretera, y ni mucho menos propone bombardeos indiscriminados a lo largo de la carretera. Hay que destacar que el informe lleva fecha del 9 de enero, un día antes del comienzo de la ofensiva de Queipo de Llano para la toma de Málaga, en la que participaron las tropas enviadas por Mussolini.

Las facultades de visionario de Haya

Sin embargo, Brenes y Fernández ven en la propuesta de Haya un plan detallado para obstaculizar y hostigar una salida masiva de refugiados de Málaga. Son extraordinarias las facultades de visionario que adjudican al laureado aviador, puesto que le creen capaz de prever, con un mes de anticipación, una operación de bombardeo en unas circunstancias que ni las propias autoridades republicanas ni sublevadas imaginaron de ningún modo, a saber: el desastre militar republicano en Málaga, junto con la catástrofe humanitaria de los miles de evacuados que salieron por la carretera de la costa hacia Almería.

Del autor

Nadie imaginaba en enero de 1937 – salvo Haya, según estos historiadores- que un mes después fuera a producirse tal situación de calamidad, y mucho menos si atendemos a los mensajes de los dirigentes y periódicos republicanos, que siguieron presentando a Málaga como ciudad invencible hasta apenas unos días antes de su caída y del éxodo de civiles que la siguió.

Pero, aparte de esta errónea interpretación del informe de Haya, Brenes y Fernández cometen otro grave error, esta vez al citar el expediente A-204 del Archivo Histórico del Ejército del Aire (AHEA) para inculpar al aviador. Afirman en el citado reportaje de «La Opinión de Málaga» que Haya envió su informe al «Excelentísimo Sr. General del Aire», el general Alfredo Kindelán, quien a su vez habría indicado su «Pase a operaciones». Pero lo cierto es que el informe de Haya no tiene destinatario, como tampoco lo tiene otro anterior, de octubre de 1936, titulado «Formas de atacar la aviación enemiga», incluido también en el expediente A-204.

El error proviene de un tercer documento guardado también en el A-204: una queja de servicio escrita por el aviador en una sola cuartilla y fechada en Talavera el 27 de septiembre de 1936. En el anverso de la cuartilla figura manuscrito a pluma, esta vez sí, su destinatario -«Al Excelentísimo Sr. General del Aire»- y el remitente -«del Capitán Carlos de Haya»-, y en su reverso, escrita con la misma tinta, está la queja de Haya, relativa a la indiscreción de otro oficial que le acusó en público de ser el responsable de la pérdida de un avión Junkers.

interrupcion-1-desbanda.jpg
Nota remitida por Haya en septiembre de 1936 al «Excelentísimo Sr. General del Aire» en la que se trasluce la queja de servicio que la motiva. Brenes y Fernández la toman erróneamente por la nota de remisión del informe de Haya de enero de 1937 (AHEA. Ministerio de Defensa de España)

A la vista de sus recientes declaraciones en el diario malagueño, Brenes y Fernández consideran la cuartilla de la queja de Haya del 27 de septiembre de 1936 donde aparece escrito «Al Excelentísimo Sr. General del Aire», como la nota de remisión del informe «Interrupción de vías de comunicación», incluida la carretera de Motril a Almería, fechado en Salamanca el 9 de enero de 1937.

Este error podría justificarse porque la numeración de las cuartillas de todo el expediente A-204 da entender que la queja de Haya a Kindelán fuera la carpetilla en que se insertan los otros dos informes, incluido el de «Interrupción de vías de comunicación». Pero lo que no es justificable es sostener una imputación tan grave contra nadie basada en un error de consulta de la documentación, sobre todo cuando basta con dar la vuelta a la cuartilla de la queja para descubrir que se trata de una nota muy distinta y anterior al informe sobre los bombardeos de precisión. Incluso no es necesario darle la vuelta a la cuartilla, pues el papel es tan fino que la queja escrita por Haya en el reverso se trasluce claramente en el anverso donde aparece su destinatario, «Al Excelentísimo Sr. General del Aire», y viceversa.

malaga-bombardeos-guerra-civil.jpeg
Aviones nacionales sobrevuelan Málaga en 1937

Brenes y Fernández otorgan al informe de Haya, además de un propósito que no tiene, una relevancia de la que también carece. Todo ello basado en el error de señalar como destinatario al general Kindelán cuando éste solo lo es de una queja de servicio enviada por Haya cuatro meses antes. Es cierto, como afirman ambos historiadores, que el informe de Haya presenta la anotación manuscrita «Pase a operaciones», pero es incierto afirmar, por lo expuesto, que fuera el general Kindelán quien hiciera dicha anotación como ellos sostienen.

Con todo, el «Pase a operaciones» del plan de «cortes aeronáuticos» de Haya no tuvo efecto alguno en las operaciones de la aviación franquista. La prueba está en los boletines de información de la actividad de los aeródromos de la aviación «nacional» en Sevilla, Córdoba y Granada (AHEA, Signatura A-002064): entre el 9 de enero, data del informe de Haya, y el 11 de febrero, en que las tropas de Queipo rebasaron Motril, no se realizó un solo bombardeo de precisión en el punto de la carretera de Motril a Almería que proponía el aviador.

Únicamente fue atacada en ese tiempo, hasta en cuatro ocasiones, el 14 de enero y el 7, 9 y 10 de febrero, la estación de Guadix, a una distancia de 70 km. en línea recta de Motril, sin conexión con lo que estaba sucediendo en la carretera de la costa granadina. No hacía falta ser Haya para advertir la importancia de esta estación como nudo ferroviario, pues confluían en ella las vías férreas de Murcia-Almería y de Granada. De hecho, los bombardeos rebeldes sobre este nudo ferroviario venían produciéndose desde agosto de 1936.

Es evidente el intento de borrado de la Historia de un genio aeronáutico como Haya, al igual que el de Juan de la Cierva, por su adscripción a la causa sublevada en una contienda en la que todos los españoles se vieron forzados a elegir bando. Pero es ciertamente desorbitado querer presentarlo para ello, sobre la base de un doble error a la hora de consultar e interpretar un documento histórico, como alguien capaz de planificar fríamente, con un mes de anticipación, una masacre de civiles en medio de un éxodo impredecible como fue, notoriamente incluso para las autoridades republicanas, el de la «Desbandá».

Hay otras razones para descartar la supuesta autoría de Haya en el diseño del bombardeo sobre civiles en la carretera de Málaga a Almería. El primero es que, si el plan era suyo, no se explica que no actuara como piloto para ejecutarlo, como ya hemos visto. En un campo más especulativo, resulta difícil entender que un piloto que estaba arriesgando su vida en misiones de asistencia a población civil cercada en el santuario de Andújar pudiera estar planificando al mismo tiempo, y con un mes de antelación, una despiadada operación por si se diera el caso de que miles de civiles salieran de Málaga y pensaran en buscar su salvación por la carretera costera hacia Almería.

Pero, por esas paradojas de la Historia tan recurrentes, la prueba definitiva de que el plan de Haya para cortar quirúrgicamente la carretera a Almería en un punto al este de Motril acabó en un cajón, la proporciona la dramática peripecia de la mujer del aviador, Josefina Gálvez, como presa de los republicanos.

El drama de la esposa del capitán

primas-garcia-morato-y-papa-solteros-2.jpg
Haya y su mujer, Josefina Gálvez, con dos sobrinas

Josefina salió de Málaga el día 7 de febrero, entre los evacuados de la ‘Desbandá’, conducida como prisionera en el coche del gobernador civil de Málaga, Luis Arráez. Después de que sus captores se detuvieran a pasar la noche en Motril, el día 8 la mujer de Haya pudo llegar a Almería, lo que significa que no se había producido el corte de la carretera propuesto por Haya al este de Motril. De hecho, la carretera fue transitable al menos hasta el día 10 en que las tropas de Franco tuvieron que detener su avance ante un puente cortado, presumiblemente por las fuerzas republicanas en retirada, a 4 kilómetros al oeste de Motril.

Josefina Gálvez dejaba atrás en Gibraltar a sus hijos Carlos y Mirentxu y en Málaga a su hijo Héctor, gemelo de Aquiles, el bebé muerto al ser apartado de su madre al poco de nacer cuando esta fue encarcelada por los frentepopulistas por ser la mujer de Haya. A pesar de esta tragedia, en 1939, una vez terminada la guerra, la ya viuda del capitán Haya, agradecida al gobernador Arráez por su buen trato durante su cautiverio, ayudó a éste para que pudiera pasar a Gibraltar con documentación falsa, pero fue detenido y fusilado por los franquistas. La familia de Arráez recordaría siempre con gratitud que Josefina Gálvez intentara salvarle la vida. Solo por ese gesto de humanidad la viuda de Haya merecería tener una calle en Málaga.

Compartir:

Únete a nosotros

Noticias, información de eventos y actividades programadas.

Estupendo, ya te has suscrito.