Capítulo 3 – Las destrucciones en la Diócesis de Málaga

Nos proponemos,en este nueva entrega, enumerar o detallar el conjunto de hechos que sufrieron los centros de culto de la provincia de Málaga. Sin embargo, de los informes encontrados en el Archivo Diocesano (de cuya utilidad es digno de alabanza el Martirologio de L. Guede) aparecen, y nos ha parecido de interés recogerlos, relaciones de «mártires» de vida heroica y ejemplar.

Estas fuentes suscitan un primer problema: gran parte de ellas están elaboradas en 1937 o 1938 con lo que la fiabilidad sobre la destrucción de objetos sagrados o no, es más exacta, pero otros testimonios fueron redactados para la publicación del Martirologio y aunque utilicen fuentes directas.

En cuanto a las torturas, en las consultas orales efectuadas, las familias aseveran lo aquí publicado. Lo que más difícil es precisar las frases que pronunció un moribundo en la soledad de un monte o un río. La violencia, la crueldad, no puede ponerse en duda. Una violencia ciega e inhumana: cadáveres que no se entierran, cortes de orejas…, esto he podido confirmarlo por testimonios orales serios.

De la lectura de los informes siguientes debe retenerse algo de suma importancia para la historia de la Iglesia: lo que aquí se transcribe será utilizado para los procesos de beatificación en Málaga sobre siete M.R.P. menores Capuchinos de Antequera y Juan Duarte Martín, muerto en Álora.

Volviendo al fenómeno del saqueo de destrucción de edificios, fue este generalizado. La más pequeña aldea, la más remota ermita… fueron profanadas o destruidas. Los casos de Antequera o Archidona puede entenderse por la proximidad del frente en 1936 y a un cierto respeto por la belleza artística de esta ciudad, es decir, se mataron curas, pero se respetaron los edificios.

Diócesis de Málaga.

Templos devastados

Existían iglesias parroquiales: 132 Existían iglesias conventuales: 86 Ermitas y capillas: 110

TOTAL: 328

Han quedado intactas

Las iglesias y capillas de Antequera: 24 Las iglesias y capillas de Archidona: 7 Las iglesias y capillas de Melilla: 10

La parroquial de El Bosque: 1

TOTAL: 42

Han sido totalmente destruidas por el fuego

Parroquia de Ntra. Sra. del Socorro de Ronda: 1 Parroquia de Estepona: 2

Parroquia de Fuengirola: 1 Parroquia de Faraján: l Parroquia de Benaoján: 1

TOTAL: 6

Las restantes —281— entre catedral, parroquias, iglesias conventuales, capillas y ermitas, han sido totalmente devastadas, saqueadas, profanadas, destinadas a usos decorosos e inmundos, sin que dejasen apenas en ellas ni un altar, ni una imagen ni un símbolo religioso. Igual suerte han seguido, por lo general los archivos parroquiales y las casas rectorales.

A. Montero ofrece datos similares:
Aunque esta cifra tampoco es definitiva, confirma la tesis defendida por Montero de que «en toda la historia de la universal Iglesia no hay un solo precedente, ni siquiera en las persecuciones romanas, del sacrificio sangriento, en poco más de un semestre, de doce obispos, cuatro mil sacerdotes y más de dos mil religiosos». Esta estadística irrefutable desautoriza, en opinión de Raguer, a cuantos niegan o minimizan la persecución.

Bibliografía nacionalista e Iglesia

Los libros nacionalistas malagueños se ocupan con profusión de la vida de los religiosos en las cárceles, sobre todo el padre García Alonso. El periódico granadino Ideal publicaba el 10 de febrero de 1937: «En Málaga no había templos, pero había catacumbas. No había sacerdotes, pero quedaba alguno prodigiosamente oculto, que se valía de las almas piadosas para administrar los sacramentos a los cristianos. Como en los tiempos primitivos. Como en la era de las persecuciones romanas. La historia no creo que se repita. Pero la ferocidad de los hombres sin Dios verdadero es siempre la misma. Acrecen, si acaso, los refinamientos, porque para algo sirve la experiencia de los siglos».

García Alonso, siempre preocupado de la proyección internacional de la represión republicana en Málaga escribía: «De estos extranjeros partidarios de los sin Dios españoles, los hay como el deán protestante de Cantorbery (sic), quien al moverse por la zona roja, dejaría percibir sin duda el sonido de las monedas de plata, precio de la traición y de la venta. Si algún día, como Judas, se arrepiente de haber servido causa tan inicua y tan injusta, tendría que comprar con ese dinero un campo que llevaría por nombre “Haceldama”, que quiere decir campo de sangre (Ac. Ap., 1,19). Para hombres como este deán anglicano, que ciertamente no está solo, no pretendemos aportar luz alguna. Ni piden luz, quizás pidan dinero. Ante individuos de esta catadura no cabe más que pronunciar con amargura aquella sentencia: “Es una vergüenza para el humano linaje que haya siempre traidores, mientras haya quien pague la traición”.

Mas hay en el extranjero otro grupo de personas, de cuya buena fe no quisiéramos dudar, pero que, mal informados, aún llamándose La Cruz, como el periódico francés, hacen guerra a la cruz, muerden a los que mueren por y con la cruz, y alientan a los que destruyen templos y alimentan hogueras con astillas de cruces y fragmentos de imágenes sagradas. A estos hombres de buena fe, pero tristemente equivocados en asunto de tanta monta, sí quisimos enviarles con nuestro librito un rayo de luz, y una queja sentida y salida de lo más honde del alma. Quisimos repetirles aquellas amargas reconvenciones de un salmo: “Si fueran mis enemigos quienes me ultrajasen, lo llevaría con paciencia…, pero tú, mi íntimo amigo, que me acompañabas en el comer, y juntos andábamos en la casa de Dios”.

Los católicos  españoles dirigimos  a  esos católicos  extranjeros, hijos de la misma madre la Iglesia, que falsamente informados prestan ayuda a nuestros enemigos, aquella palabra de los Cantares: “Los hijos de mi madre han peleado contra mí”(I, 5).

Este ambiente adverso a las derechas españolas y favorable a la impiedad y al exterminio bolchevista ha podido cundir en algunos extranjeros de buena fe, merced a la labor de propaganda y de calumnia que las izquierdas españolas han sembrado en otros países, falseando la historia».

Por Bolloten tenemos noticias del reverendo tan denostado por el jesuita español: «No obstante, el reverendo Hewlett Johnson conocido como el deán rojo de Canterbury, me aseguró cuando la entrevista en Valencia en la primavera de 1937 que “ni una sola iglesia” había sido destruida o profanada. Esta actitud no es extraña. Como dice David Cante “este clérigo de aspecto santo fue uno de los más perseverantes compañeros de viaje de su época». (David Conte: The Fellow Travellers. Nueva York, Pág. 1. MacMillan, 1937).

En una nota necrológica de Londres, The New York Times informaba el 23 de octubre de 1966: «Se le describió como comunista, como excéntrico y como santo —en ocasiones de las tres formas al mismo tiempo—. Una vez declaró en un sermón que si Jesús estuviese vivo hoy, habría sido comunista. Tales observaciones eran especialmente comprometedoras porque fuera de Inglaterra se le confundía a menudo con el arzobispo de Canterbury, Primado de toda Inglaterra».

Relación de destrucciones en los pueblos de la diócesis de Málaga

Aunque no figure en las listas de los caídos en los aciagos días de la guerra de 1936-1939, cuenta esta población con un mártir benemérito: «Miguel Narbona, natural de Alameda. Debió nacer en la segunda mitad de la década de los años 20, viviendo su infancia en el núm. 11 de la calle Cañada. A su madre se la conocía con el sobrenombre de Santica. Al estallar la guerra huyeron y el muchacho fue recogido en un convento, camino de Sevilla, donde vivió como monaguillo o sacristán. Fue asesinado en la puerta del convento, al tratar de impedir la entrada a fuerzas republicanas. Una mujer le limpió con una esponja la sangre, antes de ser sepultado. Y su sorpresa fue mayúscula cuando, al cabo de un tiempo, volvió a recoger la esponja, viendo que la sangre permanecía en ella tal cual la había quitado días antes del rostro de Miguel. Aún fue mayor la emoción cuando, después de varios años, desenterraron el cuerpo del joven, viendo que este permanecía incorrupto. La noticia se supo en Alameda cuando un cura de dicho convento se acercó al pueblo y, desde el balcón de la Periquita, inmediata casa vecina al cuartillo donde vivió Miguel Narbona, comunicó los hechos acontecidos a un buen número de vecinos de Alameda. Alameda, 12 de enero de 1987, José A. Rodríguez Martín, maestro nacional (relación manuscrita, remitida al cronista diocesano con una carta del día de la fecha).

Alcaucín

Destruidos los retablos de la iglesia parroquial y la capilla del cementerio. Ambas destinadas al culto.

Alfarnate

La iglesia parroquial saqueada y destinada a Casa del Pueblo, igual que la ermita. Se derribó una «Cruz del Cura» la cruz del cementerio y un viacrucis. Asesinado el único cura que había: José Torres Sánchez y muy perseguido el seminarista José Jaime Arrebola (este se evadió a la zona nacional). Los inmolados fueron cinco, además del párroco todos derechistas y religiosos: Rafael Núñez Moreno, Rogelio Pascual y Pascual, Elíseo Vivas García y los hermanos Elías y José García Pascual.

Alfarnate

«Ni antes de la revolución, ni en particular desde las elecciones del 16 de febrero de 1936 hasta ya iniciado el movimiento hubo situaciones violentas, alguna contra la Iglesia, aunque sí contra el orden social». Quemaron en la plaza pública los enseres religiosos, tras registros domiciliarios, entre ellos el Santo Cristo titular de la parroquia.

Algarrobo

Fueron saqueados y destruidos los retablos, altares, algunas imágenes, el órgano, las pintura, algunas de valor de las Tres Hermitas (sic) y parroquia y destinadas a tiendas, comités. El párroco fue detenido y después liberado.

Algatocín

La parroquia fue totalmente saqueada y dedicada a comité de abastos y cárcel.

Fue destruido todo cuanto pertenecía a la Iglesia, retablos, imágenes de talla, vasos sagrados, manteles.

El párroco Juan Gómez Becerra fue martirizado en Málaga.

Fue profanado el sepulcro de D. José Salló, beneficiado de este pueblo y que estaba colocado en la iglesia en una urna.

Alhaurín el Grande

La iglesia parroquial saqueada, quemadas las imágenes y los retablos destrozados. Fue destinada a vivienda de refugiados. La capilla de Santa Vera Cruz quedó sin nada y fue destinada a oficina de la CNT. La capilla de San Sebastián saqueada y destruida. Quemaron las imágenes y robaron las alhajas de oro. Fue destinada a vivienda de refugiados. San Gaudencio: en esta capilla se conservaba el cuerpo de este santo, varias imágenes de bastante valor, todo fue profanado y también la cripta con algunos restos humanos. S. Antón: Destrozada y destinada a viviendas de refugiados. El archivo parroquial fue destruido.

Asesinados: D. Manuel de Hoyos, párroco, y D. Manuel Burgos y González, D. Juan González García, presidente de la Adoración Nocturna, conferencias de S. Vicente de Paul y de Acción Popular. D. Francisco González García, adorador nocturno. Ambos asesinados en Málaga.

Alhaurín de la Torre

Ya en 1931 fue asaltada la iglesia parroquial. El mismo 19 de julio asaltaron la iglesia parroquial. A los tres días quemaron los pocos enseres de culto que habían quedado y después convertida en cárcel. Se hicieron listas negras. El párroco, Celestino Lucio Fernández fue asesinado. El número se elevó a nueve. No todos lo fueron por ideas religiosas. Católicos fervientes y practicantes eran, entre otros, Sebastián Roca Ortega, sacristán de la parroquia y universalmente querido, Baltasar Pérez Barrio nuevo y la Sta. Dolores Rocha, persona que iba diariamente a misa.

Almáchar

Existe toda una historia de tensión entre 1931–1936.

Saquearon la iglesia, la casa rectoral y archivo y otras casas de elementos de derechas, cuyos enseres fueron transportados por las mismas personas de orden (obligados). En días siguientes, registraron casa por casa y quemaron las imágenes y símbolos religiosos. El templo fue habilitado para economato y mercado. El párroco y otro sacerdote estaban escondidos.

En los límites de la parroquia fueron asesinados el presbítero José Cerezo López y otros que habían venido a refugiarse. Francisco Gómez Fernández, capellán del Convento de HH. Carmelitas de Málaga y D. Juan Baraja Palacios, párroco de la Herradura (Granada).

Han sido asesinados una mujer y 16 varones y encarcelados muchos, de estos algunos, sola y exclusivamente, por sus ideas religiosas.

Se dieron casos de heroísmo. Estuvo suspendido el culto. Al margen

Muerto el neosacerdote Andrés Pavón y Torres en Ronda, detenido en Almargen.

Almogía

El templo parroquial saqueado y destinado a casa del pueblo. También la ermita de los Santos Patronos. La Casa Rectoral saqueada y convertida primero en cárcel y después en matadero y almacén de víveres.

Las imágenes fueron arrastradas y quemadas. El archivo parroquial fue destruido.

En el cementerio había sido profanada la sepultura de D. José Gallardo, antiguo párroco.

Detenido el cura párroco, fue trasladado a Málaga, donde fue ejecutado. Los religiosos del Asilo del Sagrado Corazón fueron expulsados y la casa desvalijada.

Álora

Templos saqueados y profanados.

Su párroco, José Jiménez del Pino. Con luz propia brilla el siervo de Dios Juan Duarte Martín.

Svo. de Dios Juan Duarte Martín.

«Nació este virtuoso joven en Yunquera, el día 17 de marzo de 1912. Desde muy pequeño dio pruebas inequívocas de su inclinación al estado sacerdotal, según manifiestan cuantas personas le trataron. Cumplidos los 13 años, fiel a su vocación, ingresó en el Seminario Conciliar de Málaga, en el curso académico 1925–1926, observando siempre una conducta ejemplar, como lo atestiguan los que fueron sus superiores y compañeros de colegio. Aprobó con óptimas calificaciones los cursos de Humanidades, tres de Filosofía y cuatro de Sagrada Teología, habiendo recibido la Tonsura, Ordenes Menores, Subdiaconado y Diaconado.

Durante las vacaciones ejercía el apostolado entre los niños y daba clases a los que veía con inclinación al Sacerdocio. Todos los yunqueranos recuerdan con emoción y cariño al diácono Duarte por su piedad, prudencia, recogimiento y ejercicio de apostolado. El 18 de julio le sorprendió en casa de sus padres, donde hicieron varios registros sin conseguir encontrarle; finalmente después de hacer uno muy detenido lo hallaron los milicianos de la FAI, deshaciéndose entonces estos bárbaros en injurias y palabrotas. Esto fue el 7 de noviembre de 1936. Al momento quedó detenido con los otros dos seminaristas paisanos suyos: José Merino Toledo y Miguel Díaz Giménez. Al llegar la noche partieron los tres, escoltados por una turba de feroces milicianos hada El Burgo, donde quedaron sus dos compañeros, y a él lo condujeron a Álora, donde padeció su ejemplarísimo martirio.

—Vengo de dar una paliza a ese cura, y estas son salpicaduras; y para que vea usted lo cabezones que son y que no dan su braza a torcer, no ha dado un grito, como si no le hubiera pasado nada.

Hacían con él soeces e indecibles barbaridades. Hasta cometieron la bajeza de acompañarle de una prostituta para que le sedujera. Pero no pudo la lascivia lo que tampoco consiguiera la brutal ira, o la lisonja solapada.

Exasperados por este fracaso en lo que era refocilación cuotidiana de sus vergonzosos instintos, llegaron a la vileza de amputarle, públicamente los genitales. Acto seguido, como si de algo exitoso se tratase, los pasearon por la población, en una bandeja, entre soeces insultos a la virginidad y el celibato cristianos, coreando la obscena ronda  con  un  repugnante: “Si va a ser cura, ¿para qué los quiere?” y otros demenciales estribillos.

Viendo que ni desangrándose con la feroz castración, accedía a blasfemar, como le exigían, determinaron quemarlo vivo, previa una rociada de gasolina.

El execrable espectáculo despertó en la chusma un frenesí de loca desvergüenza, con ensordecedores aplausos y griterío, danzas y gestos propios de quienes viven consagrados al fornicio y la depravación.

Era el 15 de noviembre de 1936 cuando esta víctima santa elevó su vuelo desde el ara de su martirio al regazo del Padre celestial con la hostia de su sacerdocio impoluta.

Hoy, en Roma, siguen por sus pasos los trámites de su beatificación, mientras sus restos, trasladados de Álora a Yunquera, reposan de tanta fatiga en un lugar honroso del templo parroquial, alentando la vida cristiana de los que él mismo catequizara».

Alozaina

Asaltaron la iglesia destrozando las imágenes «desnudándolas y arrastrándolas por las calles y luego ahorcándolas en las puertas y balcones de las casas de las personas piadosas (…)». Se escaparon de dicha destrucción las imágenes de Santiago y una pequeñita de los Dolores, porque decían los marchistas (sic) que dichas imágenes eran republicanas. En el citado día 12 organizaron un simulacro sacrílego, simulando una procesión del Santísimo, bajo palio y revestidos con ornamentos recogidos en la Iglesia.

El canónigo D. Antonio Trujillo Portales fue encontrado en Málaga y torturado con D. Francisco Rueda, exalcalde. Igualmente ocurrió con el exseminarista de 1.er curso, Antonio del Río y Almagro, el cual, «al pedir agua le dieron una gambetada o cuchillada en la cara diciéndole “¡Bebe sangre!”. Murió al grito de “¡Viva Cristo Rey!”».

Alpandeire

La  iglesia  parroquial  fue  saqueada  y  se  quemaron  los ornamentos, altares. La casa parroquial sirvió para el comité.

El archivo parroquial, que databa de 1556, fue quemado. El comité se incautó del cementerio parroquial.

Antequera

No fueron saqueadas ni quemadas las iglesias. Mártires

D. Antonio Pérez Solana; muerto en la puerta de su casa; fusilado.

D. Romualdo Conejo y Conejo; fusilado a tiros de pistola el 7 de agosto).

D. Wilibaldo Fernández y Luna; fusilado el 5 de agosto.

D. Francisco Hidalgo y Vilaret; fusilado el 6 de agosto.

D. Manuel Palomo y Vallejo; fusilado el 3 de agosto.

D. Antonio del Pozo y Avilés; fusilado el 5 de agosto.

D. Ángel Ramos y Herrero; fusilado el 31 de agosto.

Religiosos Trinitarios

R.P. Félix de la Santísima Trinidad.

Religiosos Capuchinos

P. Ángel María de Cañete, guardián.

P. Luis de Valenciana.

P. Luis del Puerto de Santa María.

P. Ignacio de Galdacano.

Fr. José de Chanchina, diácono. Fr. Crispín de Cuevas Bajas, lego. Fr. Pacífico de Ronda, lego.

Todos ellos fueron muertos, menos uno, junto al monumento de la Inmaculada que preside la plaza del convento.

Seglares: El número total de seglares asesinados —por vivir cristianamente— ascienden a 92. Por el informe de los párrocos hay que destacar a:

D. Pedro García y Bordoy, muy amigo de la parroquia y católico práctico.

D. Joaquín Moreno F. de Rodas, perfecto caballero cristiano.

D. Jesús del Pozo Herrera.

D. Diego del Pozo y González.

D. Jesús del Pozo y González.

D. N. del Pozo y González. «De este señor se rumorea que era masón y que por no prestarse a los manejos de la masonería y no cumplir órdenes que se le habían dado, relativas a la destrucción de templos, fue la causa por la que se dio la orden de fusilarle a él y a los tres hijos varones, el menor de 13 años».

D. Teodoro Sánchez y Fuente, otro devoto cristiano.

Capellán ejemplar. Muerto por una bala del pelotón que iba a fusilar a un grupo republicano y cuando uno pretendió huir le dispararon y le dio al religioso.

Archez

No hubo persecuciones a personas.

«Los naturales del pueblo fueron los que destruyeron los altares y sagradas imágenes, ante el temor de que elementos forasteros tomaran represalias si los conservaban».

La iglesia fue incautada y dedicada a Casa del Pueblo. Archidona

No se maltrató o martirizó por causa de la fe y religiosidad. No hubo mayores consecuencias en iglesias.

Ardales

Se atacó los edificios religiosos. Se «martirizó» a:

D. José y Berrocal, párroco, muerto y quemado con gasolina.

D. Joaquín Cantalejo y Ortiz, coadjutor. Doña Carmen Cantalejo y Ortiz.

Doña Remedios Cantalejo y Ortiz.

S. José Campano y Fernández, sacristán. El caso más destacado es el del sacristán:

«En la casa habilitada para cárcel, que aún subsiste, le sometieron al durísimo tormento de la desnudez, por ser él tan

pudoroso, le apalearon varias veces y empalaron o pusieron y expusieron en forma de aspa, sujetados pies y manos, desnudo y lleno de heridas, a las moscas y al frío de la noche, mientras hacían veja de su intachable conducta y persona».

Arenas

Responsabilizaron del ambiente hostil a la religión a doña Belén (debe ser Belén Sarraga). Templo incendiado años atrás.

D. Santiago Ortega y Pulido, maestro nacional, «le cabe la gloria de ser el protomártir diocesano».

D. Eugenio del Río y López, párroco.

El párroco huyó y fue capturado, «consta que recibió multitud de balazos, herido gravísimo se hacía la señal de la cruz con su propia sangre, ya agonizante exclamaba: “Dadme agua, que ardo”». Le oyó uno de los asesinos que en vez de atenderlo, le hizo nuevos disparos que le quitaron la vida. Exactamente un mes después el referido asesino viajaba en un camión de la FAI, volcó el coche, se incendió y bajo él. expiraba diciendo: «Dadme agua, que ardo», como antes su inocente víctima.

Arriate

Asaltada la iglesia parroquial y la capilla de la H.H. de los Desamparados.

Atajate

Se amenazó al párroco que residía en Benadalid para que no viniese. La única iglesia existente, la parroquial, fue saqueada y destruidas sus imágenes, retablos, objetos sagrados, archivo. No se persiguió ni mató a nadie.

Benadalid

La única iglesia parroquial y el archivo fueron saqueados y quemados. De los seglares solo dos tuvieron relación con el catolicismo.

Benagalbón

La iglesia parroquial fue saqueada y tiraron las campanas. Desaparecieron los libros del archivo parroquial.

Benahavís

Saquearon la iglesia gente venida de Estepona, y la destinaron a familias forasteras y sede del comité. No hubo asesinatos.

Benalauría

La iglesia parroquial fue saqueada. El archivo parroquial fue destruido, «las sagradas formas fueron recogidas previamente por la maestra de escuela, quien las consumió casi todas, dando a comulgar algunas entre sus amigas cristianas con el debido respeto». No hubo asesinatos.

Benalmádena

Gracias a los socialistas no se martirizó ni persiguió a nadie. Los templos de la parroquia fueron incautados y destinados a usos profanos, salvo una ermita que fue totalmente arrasada. Grandes pérdidas artísticas.

Benamargosa

Destruida la iglesia parroquial así como el archivo parroquial. El comité registró las casas incautándose y quemándose los signos religiosos.

Benamocarra

Fue saqueada la iglesia parroquial, la casa rectoral y el archivo parroquial fue destruido.

Benaoján

Incendiaron la iglesia parroquial y la casa parroquial. De valor artístico.

No se asesinó a nadie.

Benarraba

Destruyeron numerosas obras de arte religiosas.

No se asesinó a nadie.

El Borge

Asalto a la iglesia parroquial con destrucción e incendio de los utensilios religiosos.

El Burgo

La iglesia parroquial fue saqueada, buscando tesoros en las tumbas que existían.

«Una señora  llamada  Encarnación  Camacho  Triviño y su hijo Francisco Risco Camacho, niño de quince años, fueron fusilados por sus creencias religiosas y en premio de sus múltiples obras de caridad cristiana. Esta señora murió perdonando a sus asesinos y gritando ¡Viva Cristo Rey y viva mi España católica».

Campillos

Saqueadas e incendiadas su parroquia y ermitas. De los 42 muertos se destacan:

D. Ramón García y Ruiz, párroco y arcipreste.

D. Cecilio Sánchez y Molina, coadjutor.

D. Juan Salguero y Morales, médico titular.

D. Miguel Manzano y Jiménez, maestro nacional.

D. Rafael Muñoz y Núñez, maestro nacional. Canillas de Aceituno

Después de las elecciones de 1936: «Se organizaron la CNT y la FAI. Es de rumor público que se formaron listas negras de personas no marxistas, cuyo número se aumentó en los centro hasta llegar a 50. Sirvió de lista negra la lista de inscripción a culto y clero encontrada en el saqueo de la casa rectoral».

¿Muerto?

Ricardo Muñoz Ortega, sacerdote.                                       La iglesia parroquial saqueada sirvió para centro de la CNT,

UGT y FAI, anunciándose las asambleas a son de campana.

Canilla de Albaida

La iglesia parroquial y las capillas fueron objeto de saqueo y profanación de sepulturas. La iglesia pasó a casa del pueblo y dos capillas una para refugio y otra para carnicería.

Cañete la Real

Fueron saqueados y quemados la iglesia parroquial los conventos de S. Francisco y el Carmen, arrasadas las ermitas del Señor. S. José, Vera Cruz, N.P. Jesús, los Remedios, la Soledad, el Calvario y otras. Pérdida de tallas e imágenes de valor.

¿Muerto?

D. Cayetano Espinosa Morales (en Málaga).

D. Alfonso Serra y García de la Loma.

Doña Isabel Piqueras y Gómez: 33 años, soltera, maestra nacional… «Fueron como una docena…, la sujetaron y, según se dice, la violaron casi todos, dándole muerte cruelísima después del estupro».

Doña Josefa Gómez y Briasco: «Heroína de su honor y modelo de mujer cristiana (para) todas las mujeres de Cañete».

D. Antonio Pozo y Naranjo: «Porque iba a misa y frecuentaba la patrona».

D. Alfonso Ruiz y Jiménez; por haber sido seminarista.

D. Cristóbal Martín y Trigueros; por religiosidad y honradez: «Le desnudaron en un árbol…, llegaron a amputarle el paquete genital».

D. Antonio Ramírez y García (en Málaga).

D. José Romero y Mesa: «Por el solo hecho de ir a misa los domingos».

D. Cándido Gómez del Río y su hija: «Estas muertes motivaron la durísima represalia que un hijo se tomó al liberarse Cañete. Este joven venía ante los comandantes de la tropa e informado de lo ocurrido y de los autores de ambos hechos, los pasó por las armas. Cosa comprensible aunque no plausible».

Cartajima

La iglesia parroquial fue saqueada. Al establecerse el cuartel general de las tropas republicanas del frente la convirtieron en cocina.

«Existía una hermandad de Padre Jesús con unos noventa socios. Al iniciarse la revolución el Hermano Mayor con los demás hermanos se pasaron al Frente Popular».

Cártama

Desde mayo de 1936 estuvo cerrada la iglesia parroquial, solo se celebró la «fiesta del apóstol S. Pedro, la Hermandad del Señor de la Humildad, vulgo El Coronado por pertenecer a dicha hermandad la clase obrera…».

Tras el alzamiento, la iglesia parroquial y ermita fueron saqueadas, con grandes pérdidas artísticas.

Muertos:

D. Juan Martín y Serrano, cura ecónomo.

D. Francisco Sánchez y Guevara, comerciante «único asesinado por sus ideas religiosas».

Carratraca

El 14 de abril de 1936 tuvo lugar una manifestación presidida por el ayuntamiento, con el propósito de asaltar la parroquial, apoyados en la sinrazón de que «como era del pueblo, a este había de entregarse, propósito que no consiguieron por la oportuna intervención de la guardia civil y consejos acertados de personas respetables».

Después del 18 de julio se incautaron el templo destruyendo hasta las campanas y lo convirtieron en Casa del Pueblo.

Fueron muertos tres sacerdotes que se encontraban accidentalmente en el pueblo.

Casabermaja

Saquearon la iglesia parroquial.

Perdidas obras de arte.

Casarabonela

La iglesia parroquial y ermitas de la Vera Cruz, San Juan, Capilla del Calvario y cementerio fueron saqueados y sus imágenes quemadas en la calle.

Casares

Las iglesias fueron profanadas.

El cura D. Antonio Vallejo del Valle «fue martirizado por inanición».

Coín

Muertos.

D. Artacho y Astorga.

D. Ramón Sánchez y Calderón.

D. Miguel Romero y Rojas. Comunidad de Padres Franciscanos.

P. Pío Mendata–Urigoitia y Anima.

P. Buenaventura Pérez Urrutia.

Muertos en la «saca» de septiembre en Málaga. Fr. Juan Reyes Campos.

P. Leonardo Larrazábal y Goicuria. Terciarios Regulares Franciscanos:

Monjas de clausura que fueron expulsadas del convento. Los templos fueron saqueados, con pérdidas artísticas.

Colmenar

La iglesia parroquial y la ermita de la patrona no fueron destruidas en su fábrica, pero sí saqueadas y destrozadas.

De los seglares, dos «eran excelentes cristianos y caballeros». El cura huyó.

Comares

En 1931 se quemaron las imágenes y después se hizo lo mismo con las que quedaron.

Competa

La iglesia parroquial y tres capillas de este pueblo fueron saqueadas y destinadas a centros y albergues de fugitivos.

«Todo fue destruido menos las campanas». Cortes de la Frontera

Las personas relacionadas con la Iglesia se salvaron porque el párroco envió un oficio al alcalde: «El cura regente de Cortes de la Frontera: Saluda al Sr. alcalde de esta villa y en los momentos actuales se cree en el deber de manifestarle que, si la Iglesia desaprueba siempre todo movimiento subversivo contra el poder constituido, el párroco está y seguirá al lado de la autoridad.18 de Julio de 1936. Mateo Rodríguez».

Pero la llegada de fugitivos contando terribles historias

«dio lugar a las profanaciones, saqueos, quemas que acabaron con cuanto de arte y piedad había, que era mucho».

Cuevas Bajas

Asaltaron la parroquia quemando imágenes, libros, cuadros…, la parroquial pasó a granero. El cura fue respetado e igualmente tres seminaristas.

Fue víctima:

D.   Esteban   Artacho   y   Muñoz   «caballero   que   se   ha distinguido por sus ideas, vida y costumbres religiosas…».

Cuevas del Becerro

El párroco D. Antonio Canto y Montero fue entregado al comité de Ronda. La iglesia no ha sido destruida y las imágenes guardadas por los vecinos, conservándose.

Cuevas de San Marcos

La iglesia solo fue incendiada en la sacristía, en proporción no muy elevada. La ermita de la virgen del Carmen fue saqueada.

Cútar

Fue saqueada la iglesia parroquial y el archivo. Las campanas fueron arrojadas, quebrándose una.

Estepona

El mismo 16 de febrero de 1936 incendiaron la iglesia y el archivo parroquial. «Testigos de la fe». D. José Téllez del Río:

«La saña de los verdugos fue tanto que fueron mutilándole poco a poco, para que blasfemara de Dios y pisoteara un crucifijo; como se negaba, le cortaron primero las manos, después las orejas, etc., y por fin el paquete genital, prefiriendo morir antes que claudicar a la traición que querían obtener de él sus verdugos, que no obtuvieron de sus labios otra respuesta que: “Cómo voy a negar a Dios, si realmente existe”».

Faraján

La iglesia parroquial fue destruida por completo.

Fueron fusilados por sus ideas religiosas; D. Pedro Granados y D. José Gutiérrez.

«Por sus ideas religiosas arraigadas, fueron obligados, todo el tiempo del dominio rojo y en su propia casa, a preparar la comida de las milicianos locales y ajenos».

D.ª Isabel y Francisca Márquez Castaño. Frigiliana

La iglesia parroquial y ermitas fueron únicamente saqueadas.

«Un miliciano sacó los ojos, con un cuchillo, a la Virgen de la Aurora. La imagen del Ecce Homo la arrastraron con una soga atada al cuello por varias calles».

Fuengirola

Murió el párroco D. José Moreno Jaime. Juntamente con nueve seglares «a quienes el párroco alentó y confesó antes de recibir el martirio».

La iglesia parroquial quedó enteramente destruida y parcialmente la de la barriada de los

Boliches. Fuentepiedra

La parroquia fue totalmente arrasada.

El párroco detenido en Málaga murió en la «saca» de septiembre de 1936.

Gaucín

Fue muerto el cura arcipreste de Gaucín D. Juan de la Muela y Pérez. Fueron saqueados y profanados: la iglesia parroquial, convento del Carmen, con un amplia relación de obras de arte.

Genalguacil

La iglesia parroquial fue saqueada y convertida en comité. Guaro

La iglesia fue saqueada, quedando solo las campanas. Humilladero

Saqueado el templo parroquial. Igualeja

Fue saqueada la iglesia y la ermita del Divino Pastor. Istán

Saquearon la Iglesia. Murieron.

El párroco, D. Agustín del Río y Llamas.

Dos por ser religiosos: D. Juan Oña y D. Nemesio Pedrezuela. Iznate

La Iglesia parroquial fue saqueada completamente.

Jimena de Libar

La parroquial fe totalmente saqueada y convertida en casa del pueblo.

Júzcar

La iglesia fue saqueada y quemados los altares y ropa. Macharaviaya

Los autores no fueron del pueblo.

El cura párroco, D. José Cerezo «lo sacaron del pueblo de Almáchar, donde lo asesinaron y pusieron un letrero en  el pecho diciendo que era el Cura de Macharaviaya».

«La iglesia parroquial y otra iglesia de esta feligresía fueron saqueados por las hordas marxistas».

«Durante la revuelta, se incautaron del cementerio e hicieron quitar todas las cruces que había sobre las sepulturas».

«El archivo parroquial fue enteramente destruido».

«En la parroquia se custodiaba una copia del acta de fundación de una pensión que los Sres. de Gálvez tenían concedida para el párroco, sacristán y mujer que hacía la limpieza de la Iglesia; pensión que se vino cobrando hasta el mismo día del movimiento».

«Durante la revuelta se incautaron del cementerio e hicieron quitar todas las cruces de había sobre las sepulturas».

«Fue profanada una capilla o cripta que hay situada en el mismo cementerio, donde se hallan los restos de los Sres. de Gálvez y familia, siendo profanados sus restos y tirados por los suelos, desapareciendo de su sepultura un espadín de oro que allí había».

«El archivo parroquial fue enteramente destruido, con los demás enseres de la parroquia».

Manilva

Fue incendiada la iglesia y muerto el párroco, D. Julio Cuevas y Montesinos.

Marbella

Alguna iglesia saqueada y otras quemadas.

La capilla del Sagrario de la parroquial fue destinada a cuadra y las tres naves a albergue de refugiados. La del Sto. Cristo quedó de centro de la CNT. La Iglesia del Hospital Municipal «quemadas sus imágenes y destruidos los altares, fue destinada a gallinero y albergue de refugiados. La Iglesia de Santiago como mercado público y la casa parroquial la pescadería».

El cura párroco, D. José Vera y Medialdea fue detenido y trasladado a Málaga siendo «apedreado y mordido por el populacho». El coadjutor de la parroquia de la Concepción de Huelva, D. José Páez y Fernández: «Sus despojos fueron bárbaramente arrastrados y saqueados y luego quemados a la orilla de un río; al día siguiente, un pastorcillo dio humilde sepultura a sus cenizas junto al mismo lucho del río…».

Málaga

41 iglesias y conventos saqueados. La mayor parte en mayo de 1931.

Maro

La iglesia parroquial fue saqueada e incendiada. Fue convertida en Casa del Pueblo de la UGT.

El párroco que residía en Nerja fue allí muerto. Mijas

Fueron saqueadas la parroquia y seis capillas.

El cura encargado fue llevado a Málaga y muerto.

En Mijas fue muerto D. José Sandoval Núñez, comandante retirado del ejército «fue martirizado por sus ideas religiosas, por sus grandes virtudes y ejemplos de piedad, apostolado del catecismo y obras de caridad».

Modinejo

No hubo asesinato.

La iglesia parroquial fue saqueada, quemando los enseres.

Mollina

Fue devastada la iglesia parroquial y la capilla del convento de Terciarias Franciscanas.

Monda

La iglesia parroquial fue saqueada y dedicada a centro. El archivo fue destruido.

Montejaque

Entraron en la iglesia por las ventanas y arrojaron «todas las imágenes quemándolas después, así como los retablos, altares y ornamentos sagrados».

Nerja

Asaltaron la iglesia «una abigarrada multitud de hombres y mujeres. Derribaron los altares e imágenes en medio de una gran algazara, y vestidos algunos sacrílegamente con los ornamentos sagrados, trasladaron en camiones las imágenes y demás objetos al lugar conocido por el tablao y las incineraron entre blasfemias y groserías».

Muertos:

Párroco: D. Jerónimo Bueno y Oña. Ocho feligreses también mártires.

Ojén

En mayo de 1936 ya «se asaltó la parroquia y se destrozaron todas las imágenes y altares».

Olías

«De la Iglesia parroquial no quedó más que el edificio y fue destinada a la UGT y la sacristía a la CNT. Una ermita destruida».

Parauta

«La iglesia parroquial sufrió por haber sido saqueada y destinados los altares, retablos, imágenes y vasos sagrados; habiendo destruido un total de catorce imágenes».

Periana

Quemaron las iglesias con los enseres. Pizarra

El 14 de mayo de 1931 asaltaron la parroquia y quemaron las imágenes.

Pujerra

Saquearon la iglesia y desapareció el archivo parroquial. Riogordo

«La iglesia parroquial y la ermita de Ntro. Sto. Padre Jesús Nazareno no fueron destruidas en su fábrica, pero sí saqueadas y destrozadas».

Ronda

Antes del 18 de Julio de 1936 conoció esta ciudad sobresaltos aislados, dígase que de menor cuantía, como los de la generalidad de España. «Jamás se pudo soñar que adquirieran los hechos proporciones tan alarmantes y que la revolución llegara a semejantes extremos. En un primer momento es cierto que se hicieron escrupulosamente listas de personas que habían de ser asesinadas por defender sus ideas católicas o principios de moral y de orden, pero después se llegó a asesinar y es de sospechar que muchos casos fueron fruto de venganzas personales».

«El estado actual de los templos es tan lamentable que no es posible hacer una información detallada de los mismos. La Iglesia del Socorro ha quedado destruida completamente por el incendio y de ella no queda más que los muros calcinados. La Iglesia del Espíritu Santo está totalmente saqueada, no quedando en su interior más que fragmentos de imágenes y

utensilios, salvo el altar mayor que ha quedado en mediano estado. La Iglesia Mayor de Sta. María está en las mismas condiciones que la anterior, excepción hecha del altar del Sagrario y de la Virgen de los Ángeles, que se conservan. Las de S. Francisco, Sta. Cecilia, la Ermita, la Virgen de Gracia, la Paz, las Claras, Sto. Domingo, todas han quedado sin imágenes; de la Merced se salvó solo la imagen de la titular. La Iglesia de los Descalzos se halla lo mismo que las anteriores, mas parte del tejado de la nave derecha fue incendiado».

«Los servicios ministeriales del Socorro y de Sta. Cecilia se prestan en la iglesia de los Descalzos».

Solares

«En esta parroquia solamente quedó en pie el edificio y también pudo salvarse el archivo por estar custodiado en la parroquia deSedella».

San Pedro de Alcántara

Quemaron la iglesia parroquial en tres ocasiones.

Sayalonga

«No se creó aquí situación violenta».

«Fueron destruidos los retablos, altares y algunas imágenes de la única iglesia que destinaron a tienda–economato».

«El mártir de la Patrona: un asesinato en la iglesia al que intentó llevarse la Virgen del Rosario».

Sedella

Los sacerdotes huyeron, «los seminaristas no fueron molestados. Uno siguió el comportamiento rojo, mereciendo la expulsión del seminario…». La parroquial y la ermita de la Patrona fueron saqueadas. La parroquial fue convertida en un centro marxista.

Serrato

No murió ningún seglar.

La iglesia solo fue incautada y destinada a almacén de víveres.

Sierra de Yeguas

Destrozado el templo.

Murió, en el Chorro, su párroco. Teba

Muertos dos sacerdotes:

D. Rafael Galán y Escalante.

D. Francisco Algarín y Sigüenza. Tolox

En mayo de 1936 se cerró el templo, en julio fue saqueado instalándose un centro socialista.

«La iglesia parroquial fue convertida en casa del pueblo, salvo la nave del evangelio que fue convertida en pocilga».

Fueron muertos:

D. Celedonio Martín y Tinoco, cura párroco.

D. Antonio Rubio y Barranco, regente parroquial. Seglares:

D. Femando Merchán y Cano.

D. Juan Fernández y Vázquez.

D. José Moreno y García. Torre del Mar

A partir de febrero de 1936 se iniciaron las tensiones culminando en el saqueo de la iglesia parroquial de S. Pedro Apóstol y sacadas las imágenes a la calle. En julio fue de nuevo asaltada y quemadas imágenes y otros enseres «en medio de grandes escarnios contra lo más sagrado y santo y al grito de “¡Viva Rusia y muera la Religión católica!”. El templo fue destinado a celebrar en él mítines comunistas y anarquistas».

En las partidas rurales de Cajiz, Almayate y Caleta de Vélez, también fueron devastadas las iglesias.

Torremolinos

Saqueada y destrozada la iglesia parroquial.

Murió el párroco y de los 10 seglares asesinados algunos lo fueron por sus ideas religiosas.

Torrox

«La iglesia parroquial y sus ermitas fueron saqueadas y destrozadas en su interior».

«El cementerio fue incautado. La casa particular del párroco saqueada y quemados sus enseres».

Quemado el archivo parroquial. Totalán

En 1931 quemaron las imágenes de la iglesia. Ubrique

Antes de febrero de 1936 fueron derribadas tres cruces levantadas en los altares que rodean el pueblo. Después de febrero, destruidas otras cruces, arrancados los rótulos que daban a las calles nombres religiosos y asaltada la Capilla del Calvario. En abril de 1936 fue expulsada la comunidad de P.P. Capuchinos y alumnos del colegio Seráfico y después saqueado el convento y su iglesia, así como la iglesia parroquial y la de

S. Antonio. «Con los restos retirados en camiones a aquella misma hora alimentaron grandes hogueras encendidas en las afueras de la población».

Clausurada la capilla del Asilo–Hospital  y  retiradas sus imágenes, ocurrió igualmente con la imagen del Cristo existente en la Capilla del Cementerio.

Valle de Abdalajís

La iglesia parroquial y demás iglesias fueron saqueadas, siendo destinadas a centro social y una parte a prisión.

El convento de los R.R. M.M. de los Desamparados fue desalojado.

«Fueron asesinados diez seglares, tres de los cuales cumplían con sus deberes religiosos. Se ignoran las motivos de tales asesinatos, pues se mezclaban las ideas políticas con las ideas religiosas».

Vélez–Málaga

«Saquearon todas las iglesias, quemaron imágenes y objetos de culto y algún edificio civil».

Muertos.

Párrocos: D. Wenceslao Moreno y Arrebola, y D. José Fernández Vallejo.

P.P. Franciscanos: R.P. Raimundo Codesal Martín y R.P. Salvador Catalá y Frasquet.

Mártires seglares:

D. Pedro Luis Fenech y Poey, cofrada.

D. Manuel Mertella y Gallardo, exalcalde.

D. Augusto Santiago, 18 años, hijo del anterior.

D. Rafael Fernández y Cabello, Brigada G.C.

D. Antonio Igualada y Saiz, comandante e hijos. Villanueva de Algaidas

Saqueada la iglesia parroquial.

«Los que fueron muertos por los marxistas dieron pruebas de verdadera religiosidad».

Villanueva de la Concepción

En mayo de 1931 se intentó incendiar el templo parroquial, en mayo de 1936 fue saqueado el mismo.

El párroco fue muerto. Villanueva del Rosario

La iglesia parroquial fue saqueada y dedicada a usos varios.

El párroco fue muerto. Villanueva del Trabuco

«La iglesia parroquial fue saqueada, destruidos los altares y retablos y parte de la torre, destinándola a cuartel y almacén»

La Viñuela

La parroquial y la ermita fueron saqueados.

Yunquera

Fue asaltada la iglesia y destruidos los archivos salvándose únicamente el registro civil.

Fue muerto el párroco.

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