Profesor Stanley G. Payne (Texas, EE. UU., 9-9-1934)

Homenaje al Profesor Stanley G. Payne


El 14 de septiembre pasado tuvo lugar en Madrid, en el auditorio del colegio mayor San Pablo CEU, un emotivo homenaje al profesor Stanley G. Payne, por “toda una vida dedicada a la historia de España”. Las autoridades de la universidad San Pablo CEU quizás calcularon mal el número de admiradores de Stanley Payne que hay en Madrid, ya que el auditorio estaba lleno hasta la bandera, y el público que no había podido entrar llenaba las escaleras de acceso. Fue una muestra de cariño y de respeto muy grande hacia el más importante hispanista del siglo XX, especialista en historia contemporánea europea y de nuestro país, y de los fascismos europeos nacidos entre las dos guerras mundiales.

Varios oradores tomaron la palabra para destacar diferentes facetas del profesor Payne y su obra; representantes de las dos academias españolas a las que pertenece Payne: la Real Academia de Historia, desde 1987 y la Academia de Ciencias Morales y Políticas desde 2012; rectores de universidades, representantes de asociaciones culturales, colegas, amigos, e importantes personalidades de la vida cultural y política española hablaron durante dos horas del hispanista y su vinculación con España. Como broche final, pudimos escuchar unas palabras de agradecimiento dirigidas por el profesor Payne a los asistentes al acto y a los artífices del homenaje.  

      


Don Emilio de Diego, secretario de la Academia de Doctores, destacó que “Payne escribe sobre España, y respeta a España”: Durante toda su carrera ha seguido la norma de: SAPERE AUDE, “atrévete a saber”, sean cuales sean las consecuencias. Payne, -señaló Emilio de Diego, es coherente y valiente, siempre humilde en su afán de aprender, y arrostrar todos los riesgos profesionales que conlleva mantener su coherencia y su honradez intelectual. “Es la hora de los historiadores valientes como el profesor Payne, con coherencia y honestidad” -declaró De Diego.

El rector de la Universidad Rey Juan Carlos, el historiador medievalista Fernando Suarez Bilbao, destacó la labor ingente de investigación realizada por Stanley Payne, y su impresionante labor de divulgación, sin olvidar su labor docente, en la que siempre destacó por tratar con mucha amabilidad a sus alumnos. Las universidades de Columbia, UCLA, Wisconsin, la San Pablo CEU y la Universidad Rey Juan Carlos han sido las universidades a las que ha estado ligada la carrera académica del profesor Payne a lo largo de 60 años. Payne es un gran defensor de la VERDAD HISTÓRICA- dijo Suarez Bilbao. “Es un sabio y un maestro que forma parte de una larga saga de hispanistas”.

Stanley G. Payne (Tejas, 1934)

Don Jaime Mayor Oreja tomó la palabra en representación de la plataforma NEOS (neosespaña.es). Mayor Oreja destacó la admirable trayectoria de Payne al servicio de la búsqueda de la verdad.Es terrible la facilidad con que la mentira se instala en la sociedad”-declaró Mayor Oreja. Habló de las “modas dominantes, de los estados de opinión que se apoyan en la mentira”, y dijo que los historiadores que buscan y dicen la verdad son importantísimos en esta época donde la mentira parece triunfar en todos los órdenes. El expolítico del PP se refirió a las leyes de Memoria Histórica y Memoria Democrática como leyes “perversas y disparatadas” que tratan de dominar el discurso del pasado para dominar el presente.La batalla cultural se pierde si se impone la mentira”- señaló Mayor Oreja.

A continuación, habló el catedrático de sociología por la Universidad de Granada, Don Julio Iglesias de Ussel, en representación de la Academia de Ciencias Morales y Políticas de la que Payne es miembro desde 2012. Iglesias de Ussel resaltó que: “Payne ha recibido mucho reconocimiento en España, y es raro, puesto que es un país muy reacio para reconocer la excelencia de las personas en vida”. Iglesias declaró “justo y merecido” este reconocimiento a Payne por su intensa dedicación intelectual de más de 60 años. “Ha escrito muchísimo sobre España” -dijo, y destacó sobre todo dos libros de Payne que son muy importantes, a su juicio: En defensa de España, publicado en 2017, premio de Ensayo de ese año, y  La revolución española (1936-1939), publicado en 2019.

Iglesias de Ussel definió a Payne como un intelectual objetivo, libre, que “prescinde de tópicos” y no es esclavo de modas ni de presiones, ni participa de covachuelas ideológicas. “Las fantasías históricas de la Memoria Histórica son ajenas a Payne” -dice este catedrático de sociología, con rotundidad.    “Le profesamos gratitud por su lección de ética en su quehacer histórico, donde no es militante de nada, tan solo de la objetividad. Su obra está libre de cualquier tipo de propaganda. Le agradecemos enormemente la luz, la razón y la claridad con que ha iluminado nuestro pasado y nuestro presente”. (Aplaudimos estas palabras tan certeras y hermosas).

  La presidenta de la Comunidad de Madrid, Doña Isabel Díaz Ayuso, envió un caluroso, breve, y enlatado saludo a Stanley Payne y le felicitó por el homenaje recibido y por su larga carrera.

 El profesor Stanley Payne

  Por parte de la Real Academia de la Historia, escuchamos otro mensaje enlatado de la presidenta de la RAH, Doña Carmen Iglesias Cano, en la que recordó la emoción de leer las primeras obras de Payne en las ediciones de Ruedo Ibérico. Declaró su condición de “historiador imprescindible”, que ha practicado la historia internacional comparada, y ha recibido numerosos premios y distinciones académicas. El historiador vasco, Juan Pablo Fusi Aizpurúa, habló también en representación de la RAH, y recordó el semestre que pasó en la universidad de Wisconsin, con poco trabajo y mucha paga, en 1982, gracias a la invitación de Stanley Payne. Destacó de su obra su serenidad, competencia, rigor y claridad. “Los libros que él escribe son libros que quedarán”, aseguró, citando al filósofo Julián Marías.


En nombre de la asociación “Unidos por la Historia” habló Doña María Santos. Resaltó que Stanley Payne se ha dedicado a la defensa de España, además de a estudiar su Historia. “Nunca se ha arredrado ante nada y ante nadie, su obra no adolece del lastre del pesimismo y los complejos que nos suelen atenazar a los españoles” -dice María Santos. Payne recuerda con frecuencia en sus libros que los españoles impidieron la islamización de Europa, empujando cada vez más al sur la frontera con los musulmanes en la Península Ibérica, entre los siglos VIII y XV, y después, venciendo a los turcos en el siglo XVI. Es algo excepcional de lo que los españoles han de estar muy orgullosos -nos dice Payne.

Muy interesante fue el discurso del historiador Jesús Palacios, con el que Payne ha mantenido a lo largo de los años una estrecha amistad y una fructífera relación de trabajo. Ambos se conocieron en 1999. Palacios nos contó como Payne llegó a finales de los años 50 a España para realizar un intenso trabajo de campo de 9 meses como parte de su investigación para su tesis sobre la FALANGE ESPAÑOLA. “Falange; a history of Spanish Fascism”, publicada en 1961 en inglés, y en 1965 en español por la mítica editorial ERI (Ruedo Ibérico) en suelo francés. Cuando Stanley Payne llegó a España, a mediados de 1958, tenía 24 años. Estuvo aquí hasta junio de 1959. Hacía solo 20 años que había terminado la guerra civil, y pudo hablar con muchos protagonistas de la misma. El joven historiador norteamericano entró en contacto con personas de la talla de Juan Linz, “a top political sociologist” -en palabras de Payne; con el gran historiador Jaime Vicens Vives; con el líder carlista, Fal Conde, con Javier de Lizarza, insigne carlista, hijo de Antonio de Lizarza, quien organizó a los requetés en Navarra en 1936, y con muchos otros españoles que tomaron parte en la historia reciente de nuestro país.    

Jesús Palacios nos habló de otros libros igualmente interesantes de Payne, como: “Historia de España y Portugal”; “Historia del nacionalismo vasco hasta la ETA”; “Por qué la República perdió la guerra”;La Europa revolucionaria”;” Franco, mi padre”, (escrito en colaboración con Jesús Palacios).

    En 2018 varios historiadores españoles y extranjeros participaron en la redacción de un libro sobre Payne, publicado por la Universidad Rey Juan Carlos: “Stanley G. Payne; perfiles de un hispanista”, donde intelectuales y académicos tan interesantes y destacados como Alfonso Bullón de Mendoza; el historiador francés Arnaud Imatz, prologuista del libro de Pio Moa Los Mitos de la Guerra Civil” en su traducción francesa; el catedrático de Ciencia Política Manuel Pastor Martínez; el prestigioso historiador norteamericano Paul Gottfried; el historiador Roberto Muñoz Bolaños, y por supuesto el mismo Jesús Palacios realizaron un retrato en profundidad de Stanley Payne y de su extensa y brillante producción historiográfica.  

Jesús Palacios resaltó la enorme contribución a la Historia Contemporánea española de Stanley Payne. “Es un historiador que se ha llevado bien con todos, que jamás ha hablado mal de nadie, que tiene amigos a izquierda y a derecha, pues sus críticas siempre han sido respetuosas” -declaró Palacios. Nos rebeló, en el orden personal, que Payne es un experto en vinos y refinado gastrónomo. Y, algo que le honra en extremo, que fue  impulsor del Manifiesto por la Historia y la libertad, de marzo de 2018, firmado por más de 200 intelectuales y académicos, en contra de la infame ley de Memoria Histórica del gobierno socialista de Zapatero, que Payne no duda en calificar de “estalinista”.

Nota de F.S.:  Payne en los 60 era un historiador aclamado por la izquierda española. Sulibro sobre la Falange editado por Ruedo Ibérico en 1965 viajó oculto en las mochilas de bastantes “progres” de la época, que lo pasaban de matute a España. Sin embargo, cuando Payne, años más tarde, aplicó el mismo método de investigación histórico al papel de las izquierdas españolas en la guerra y en la revolución, causó una conmoción inmensa entre los escleróticos cerebros de la progresía, y se cayó estrepitosamente del pedestal izquierdista, pues cometió el  pecado imperdonable de decir la verdad, con la sinceridad y el valor que siempre le han caracterizado. 

El orador que cerró la ronda de discursos fue el gran historiador del carlismo, Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, quien conoce al profesor Payne desde hace 35 años. Recordó la conferencia sobre el fascismo que Payne dio en la universidad San Pablo CEU hace ya 30 años, y su participación en varios congresos sobre la Guerra Civil celebrados en España. Bullón de Mendoza declaró que, según su criterio, Payne es el hispanista más importante del siglo XX, aunque  muchos historiadores “atrevidos” no piensan así, y en 2015 se molestaron en editar una revista con mas de 300 páginas para atacar a Payne” –nos informó Bullón de Mendoza. El historiador texano “es de esas personas que dice lo mismo en público y en privado -dijo Bullón de Mendoza– “cosa que no sucede siempre”. Además de todo esto, “Payne es buena persona, y un conversador magnífico”- añadió el historiador madrileño, que confesó sentir mucho no haber podido convencer a Payne  para que se instalara en Madrid y formara parte del claustro de profesores del CEU San Pablo

Profesor Stanley G. Payne

  Palabras de Stanley G. Payne a los asistentes al acto y a los patrocinadores del mismo, que leyó el historiador Jesús Palacios:

    Empezó Payne agradeciendo el honor que se le hacía con este homenaje, y nuestra presencia en dicho acto. “Es un gran honor para mí, y estoy profundamente agradecido por este homenaje -dijo.

Habló de los primeros hispanófilos “románticos”, y a veces “algo histéricos de origen escocés y francés, que no deseaban ver en España los signos del progreso que eran ya comunes en otros países europeos, como el tren, por ejemplo – recordó Payne.

Ahora soy hispanófilo -confesó Payne-, pero de joven no era así. Antes de mi viaje de descubrimiento por España en los años 60”. Esta hispanofilia fue surgiendo a través de una larga experiencia personal con España y los españoles”.

Como historiador, “mi objetivo era contar la verdad del modo más objetivo posible” -declaró Payne. Pronto descubrió que “había mucha tergiversación con la historia de España, y he hecho lo posible para cambiar esto”. La visión sobre España era “parcial, restringida, y poco auténtica”.

Llegué a España cuando no habían pasado aún 20 años del final de la Guerra Civil”, y la ha visto pasar por todos los estadios desde entonces: el desarrollismo franquista, los últimos años del franquismo, la “Transición”, y la nueva época de radicalización política cuyo principio fue el atentado del 11 M,que trajo de vuelta todos los demonios familiares”.

     Esta radicalización política -recuerda Payne, siempre atento al contexto internacional-, no es solo cosa de España. Y para ilustrar ese punto nos contó la reciente batalla en las redes sociales entre el historiador norteamericano James H. Sweet, presidente de la AHA (American Historical Association) y varios historiadores- activistas de extrema izquierda norteamericanos. Sweet llamó la atención, de manera muy moderada, sobre el excesivo presentismo de los actuales historiadores. Es decir, que juzgan severamente  -y condenan- el pasado según parámetro actuales. Sweet es de izquierdas, y está casado con una mujer negra –explicó Payne, pero aun así fue violentamente atacado en las redes sociales y acabó por pedir perdón a todos los que se hubieran podido sentir ofendidos por sus declaraciones. Payne dice que “nunca hay que pedir perdón por decir la verdad”.

    Respecto a la reciente ley de Memoria Democrática, (una vuelta de tuerca de la ley de Memoria Histórica), Payne nos dijo que le parecía una “aberración superior”.

    Hablando sobre su trabajo en el campo de la historia, el gran hispanista norteamericano declaró que “el estudioso profesional depende de un trabajo colectivo, de un trabajo realizado por otros muchos investigadores muchas veces olvidados”. Llegó a España hace 64 años, y “los españoles me ayudaron. Algunos quisieron engañarme, pero otros muchos me ayudaron con sus contribuciones y su apoyo” -confesó. “Hice grandes amistades españolas y siempre dependí de su generosidad. A mí me han ayudado mucho. El mío es un trabajo hecho por los mismos españoles; yo no hubiera podido hacerlo sin su ayuda”.

Terminó repitiendo que agradecía de corazón nuestra presencia en su acto de homenaje.

  Resultó un acto homenaje emocionante, intenso y muy interesante en aspectos que nos afectan mucho en la traumática coyuntura política y    social que atravesamos actualmente. Stanley G. Payne es un gran maestro y aliado de la verdad y de la luz, y en medio de la actual oscuridad y confusión que nos rodea, le necesitamos mucho. Ojalá le conceda Dios  muchos más años de feliz vida y de fértil producción histórica.        F.S.

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